Ya se me ha gripado otra vez el ventilador de la fuente ATX del ordenador. Va a ir a la basura, pero puede que tenga algo interesante.
Este es el muerto. A priori, si es brushless (sin escobillas), tendrá un detector de efecto hall, como poco. Lo necesita para hacer la conmutación de bobinas en sustitución de las escobillas. El otro sistema para los brushless es el «back EMF» pero complica mucho el control y solo se usa en motores de disco duro. Se basa en medir la corriente inducida por el imán del rotor en una de las bobinas que, en ese momento, no se esté utilizando para mover el motor.
Para desmontarlo quitar la pegatina de las características. Oculta un tapón de goma que protege el eje del rotor.
Puede verse la pegatina rota y el eje. A mano derecha el tapón. Ahora se quita el anillo de seguridad de nylon que impide que el eje se salga y se retira el rotor por la otra cara.
Así queda el despiece.
Estas dos fotos son del estator, después de separarlo de la carcasa por la fuerza bruta (y unos alicates).
1. Detector de efecto hall. En este ventilador es analógico, de 4 patas, en configuración puente de wheatstone. Otros usan un detector con comparador y salida digital, de tres patas.
2. Cojinete de bronce, es lo que está mal. La suciedad y el giro del eje terminan por dañarlo.
3. Circuito integrado de control. Algunos no lo necesitan, el propio detector tiene corriente de salida suficiente para actuar sobre las bobinas. En este caso es un TA8420.
Vamos a hacer lo mismo con un ventilador de CPU (de un Pentium II).
El procedimiento de desmontaje es el mismo, pero ahora todo es más pequeño. A la derecha el estator y el detector de efecto hall. En este caso contiene los comparadores y dos salidas digitales. Es un ATS276.
Esto es todo. Es lo único que se puede recuperar de estos cacharros, pero ya es algo.